Los proyectos REDD+ son iniciativas de mitigación de cambio climático, enfocadas en la reducción de emisiones por deforestación y degradación forestal. Este tipo de proyectos, tienen un diferencial y un atractivo fundamental, y es que se basan en las comunidades rurales como propietarias del bosque natural y de las actividades que ejercen para la protección y conservación de este. La CMNUCC (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), ha determinado que además de reducir las emisiones por deforestación y degradación, se deben efectuar otras actividades como: incremento, mejoramiento y conservación de los reservorios de carbono a partir de actividades de manejo forestal sostenible (MFS), gestión de recursos naturales, gobernanza y autonomía comunitaria.

En el pasado mes de diciembre de 2021, el Congreso de La República reglamentó la nueva ley 2173, con el fin de restaurar y conservar áreas ecológicas dentro del territorio colombiano. Para ello, se espera la creación de áreas de vida con participación de la población, pero especialmente esta ley busca que las medianas y grandes empresas del país, compensen su impacto ambiental.

Increíble, inaudito, decepcionante, casi que escandaloso ver que no aprendimos nada de la pandemia. ¿La naturaleza nos da semejante cachetada y queremos volver a lo mismo de antes? ¿La humanidad no entendió el mensaje? Es como si nuestra mamá nos dijera: ve a tu cuarto y reflexionas, y saliéramos a hacer la misma picardía por la cual nos castigó. Queremos seguir repitiendo las acciones que, si bien no nos llevaron a esta crisis, fueron el primer round de esta pelea que hasta ahora empieza, solo que esta vez la mamá es nuestra amada tierra, nuestra casa común, nuestro hogar, más específicamente nuestra madre naturaleza, manifestada en este primer round por un virus, pero que para el segundo round viene con la crisis climática que hará ver al COVID como un sparring de segunda.