El reto de la sostenibilidad

La sostenibilidad se ha convertido en un tema cotidiano en la vida de todas las personas, y ahora, con la inminente presencia de una emergencia ambiental, se ha vuelto mucho más popular. Las empresas, por ejemplo, están empezando a migrar cada vez más a procesos y productos que se caractericen por cumplir con las demandas derivadas del cambio climático, pero también de las de sus consumidores, quienes son los responsables de impulsar un real cambio en los países.

Latinoamérica está abriéndose paso como uno de los territorios con mayores desarrollos en materia de sostenibilidad; las políticas internas de las naciones están demostrando que hay una verdadera necesidad de hacer frente a esta emergencia ambiental; el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) es una de las instituciones que promueven el financiamiento de estas iniciativas basando su apoyo en procesos que persigan premisas como el equilibrio medioambiental y el bienestar social.

A pesar que se está realizando un arduo trabajo por cumplir con los ODS, los retos en materia de sostenibilidad siguen siendo muy grandes; según Juan Pablo Bonilla, Gerente del Sector de Cambio Climático y Desarrollo Sostenible del BID lo más importante es entender que los avances que se hagan con el fin de alcanzar estos objetivos deben estar incluidos dentro de la agenda de crecimiento económico y de desarrollo de todos los países, que no es una tarea única de los “llamados” ambientalistas sino que las empresas y las personas también deben hacer parte de este camino.

El desarrollo de ciudades inclusivas también es otro de los retos más grandes a los que se enfrenta la sostenibilidad en Latinoamérica, ya que, como ha sido una marca histórica en este territorio, la desigualdad es altamente marcada en la gran mayoría de países; sin inclusión de las personas más vulnerables los desarrollos seguirán siendo lentos y poco efectivos ya que, como mencionábamos más arriba, la sostenibilidad debe ser un compromiso y una tarea de todos.

Los cambios y la incursión de nuevos conceptos en los procesos de las empresas como la economía circular y la de colores son demostraciones claras que ya se están estructurando cambios tangibles en la región. Aprender y replicar ese conocimiento es una labor que, sobre todo las instituciones del Estado deben transmitir; por fortuna diversas empresas privadas incluyen en su ADN este tipo de temas, popularizando cada vez más su aparición dentro de la construcción del tejido económico y social de las naciones.

Los temas sostenibles mueven y moverán aún más en un futuro cualquier elemento importante de la sociedad, el reto es saber implementar eficientemente todos los conceptos que desde allí subyacen para que, de esta forma, podamos reducir las brechas que nos separan, la forma más sencilla de hacerlo es empezando a creer que cada uno de nosotros hace parte del engranaje que puede ayudar a mitigar el cambio climático y que estos procesos no son ajenos a nadie.

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