La sostenibilidad es un tema que ha empezado a adquirir relevancia en esta última década debido a la emergencia ambiental que vivimos. Diversas empresas han empezado a migrar a procesos mucho más responsables y amigables con el ambiente con el objetivo de disminuir su impacto.
Se sabe que la industria de la construcción es una de las más contaminantes en todas partes, esta es responsable de aproximadamente un tercio de todas las emisiones de carbono a nivel mundial, y lo más preocupante es que para la siguiente década, según estimaciones, el nivel de emisiones de carbono a nivel mundial de esta industria crezca al menos un 85% más, lo que claramente evidencia un compromiso a la migración de prácticas y materiales más sostenibles.
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La madera, por ejemplo, ha abandonado poco a poco varios paradigmas errados que los constructores tenían de ella y se está posicionando como la mejor alternativa para las nuevas edificaciones que se están desarrollando; los países de primer mundo han sido los primeros en evidenciar los variados beneficios que este insumo trae, no sólo en materia económica y estructural, sino también en la parte social y ambiental.
La madera tiene la capacidad de capturar altas cantidades de carbono, lo que le permite ser un material sostenible para edificaciones y construcciones de diversa índole facilitando la transición de la industria de la construcción, hacia la apropiación de materiales mucho más renovables. Porque recordemos que la madera es el único recurso natural que se puede renovar.
Debido a que el sector de la construcción utiliza una alta cantidad de recursos finitos, un crecimiento de los índices de impacto ambiental de esta industria, según se ha estimado, haría que se genere aún más presión sobre la naturaleza aumentando la cantidad de emisiones como dicen los expertos; sin embargo, al adoptar tanto la madera como prácticas de construcción más sostenibles, no sólo se estará compensando la huella de carbono de algunas edificaciones, sino que además impulsaría el desarrollo de modelos tan actuales como la economía circular y verde, procesos que envuelven en sí la construcción de mejores sociedades y modelos comprometidos con la mitigación y la preservación ambiental.
Apoyar la migración a materiales y prácticas más sostenibles debe ser el objetivo de todas las empresas, la solución a esta emergencia ambiental es migrar al uso de todos estos insumos y concientizarse del evidente potencial y valor agregado que estos aportan tanto a los productos como a la responsabilidad corporativa de las organizaciones.